Arropado en la mesa por mis queridos Pepa Palomo y Juan Miguel Parreño. Con la cálida acogida de Alberto Aceituno, Concejal de Cultura; con el acompañamiento de mi familia, de mis amigos de toda la vida (mi pandilla), de un buen número de buenos amigos, de vecinos, de buena gente como lo es la de mi pueblo y de toda la Cuenca Minera.
No puedo por más que rendirme ante tanto apoyo y cariño y rebuscar torpemente palabras para expresarles lo que me hicieron sentir, más no las encuentro. Gente sencilla, honesta, íntegra y culta, sabrán perdonar mi torpeza y me entenderán. No encontré palabras, pero el corazón bombea con fuerza cuando revivo aquel momento.
Nos presenta Alberto, Concejal de Cultura.
Mi querida Pepa me emociona con sus palabras.
Habla mi amigo, mi HERMANO. Mi querido Juan Miguel.
Alberto, en nombre del Ayuntamiento, me hace entrega de un recuerdo. Gracias, amigo, un placer haberte conocido.
No se puede estar más orgulloso. ¿Quién supera esto?
El público. Mi familia, mis amigos, mis paisanos. GRACIAS, PUEBLO MÍO.
Con una parte de mi pandilla que asistió al acto. Mi gente.
Mi
infancia está marcada
por
el sonido del barreno,
por
el paisaje infinito
de
aquel pueblo minero.
Mi
infancia está esperando
que
retorne a aquel terreno,
tan
presente en mi memoria,
del
que nunca seré ajeno.
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