viernes, 6 de abril de 2018

Elegía a Miguel Hernández

Para escribir este poema he utilizado, en su honor, la métrica que Miguel siguió en su celéberrema "Nanas de la cebolla".


ELEGÍA A MIGUEL HERNÁNDEZ
(Poeta del pueblo y de los tiempos)

Se apagaron de pronto
todos los versos;
todas las emociones,
todos los besos.
Hasta el silencio
se hizo dueño en el tiempo
de sus anhelos.

Una mujer morena
tras de las rejas
viste de luto y pena,
sin más conciencia,
sin más creencia
que ver muerto al esposo,
a su poeta.

Un veintiocho de marzo,
treinta y un años;
un hijo ya en la tumba,
el otro llorando,
que succionando
solo saca del pecho
leche de llanto.

Nació carne de campo
y carne se hizo
de los más bellos versos,
de la palabra,
del grito entero,
de los más altos vuelos
de los silencios.

Fue voz en las trincheras,
gran voz de aliento
que al alma de los suyos
fuera alimento,
fuera cimiento
contra toda barbarie
con lucha dentro.

El tiempo le hizo honor
sin desconsuelo;
el tiempo hizo a Miguel
surcar su vuelo
en sus hermanos,
poetas de otros tiempos
y mismo sueño.